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Excursión al pantano de Buitrago del Lozoya

Todos los domingos, nuestros compañeros del taller de senderismo organizan excursiones por la sierra de Madrid. En cada ocasión madrugamos y luchamos contra la pereza monumental de quedarnos un par de horas más en la cama, para así coger el metro con cara de sueño y dirigimos a la estación de autobuses.

Esta actividad matutina, los paseos interminables por laderas de montañas decoradas con nieve, el atravesar mil pueblos de la sierra de Madrid que parecen un

os clones de otros, todo esto se ha convertido en una parte importante de mi experiencia en primero de bachillerato internacional.

La actividad en sí me ha ayudado bastante a sobrellevar el curso pues es una buena manera de despejarse del estrés de trabajos y exámenes a la vez que disfrutas de la naturaleza y socializas con la gente del curso.

La reflexión a la que llego a partir de esto tiene que ver con la importancia de hacer cosas por tu comunidad. Si bien supone un esfuerzo para los coordinadores del taller planear el itinerario, informarse de los buses y liderar la caminata, su esfuerzo deriva en una bonita rutina todos los domingos y en una cercana comunidad que se forma en torno a esta actividad. Este tipo de iniciativas llenan de vida el instituto del Ramiro y nos recuerdan que lo importante no es el frío individualismo académico sino el compartir aquello que nos apasiona y los lazos que formamos con gente de nuestra comunidad.